En octubre de 2021 organizamos una boda muy especial en el Pre Pirineo catalán, muy cerca de Ribes de Freser, tierra de manantiales y de las mejores aguas minerales, la boda de Cristina y Diego.
En un bosque milenario de esta zona, se encuentra el Hotel Resort Angelats, una renovada residencia señorial de la familia Batlló, datada en el S.XVIII. La arquitectura repleta de simbolismos y materiales nobles de primera calidad, recopila todos los conocimientos humanísticos y arquitectónicos de la familia, que a día de hoy, siguen constituyendo la identidad única de este hotel. https://angelats.es
La primera vez que el equipo de wedding planners de Sophie Kors llegó a este hotel, tuvo una conexión casi espiritual, no sabemos si fue por el verde de sus montañas, la altura de sus árboles, el hotel en sí…pero os podemos afirmar que Angelats es un espacio mágico, y no nos pudo gustar más. No sabéis cómo se nota, cómo se aprecia el cariño con el que está decorado todo, la buena energía que fluye por allí… Y con este entorno tan especial empezamos a diseñar la boda.
La ceremonia tuvo lugar en Sant Martí de Campelles, en una iglesia románica de más de mil años de antigüedad muy bonita, pequeñita pero preciosa. Apenas la decoramos porque sinceramente no hacía ninguna falta añadir nada más.
A continuación todos los invitados se dirigieron al hotel donde tuvo lugar el banquet y celebración de la boda.
Como ya sabéis nos encanta respetar el entorno donde vamos a organizar una boda, en el sentido que intentamos siempre integrar todos los aspectos positivos para así hacer que los invitados disfruten de cada rincón. Por eso propusimos hacer la zona del aperitivo en un antiguo pajar rodeado de verdes árboles y de una naturaleza absolutamente silvestre.
Decidimos seguir con el estilo inglés que ya posee el hotel con su propia arquitectura y nos inspiramos en esos jardines victorianos repleto de diferentes especies de rosas David Austin de todos los colores. Al ser una boda otoñal, pensamos que los colores vino, mostaza, amarillos, verdes, caldera…le darían más vida y alegría, y no nos equivocamos.
Por eso decoramos la zona de cóctel con manteles con grandes estampados florales y sillones de mimbre que mezclamos con mobiliario de hierro forjado, al más puro estilo de jardín inglés.
Para no restar protagonismo a la naturaleza que nos rodeaba, como centros florales utilizamos plantas aromáticas que luego utilizamos para montar la mesa de seating plan que fue de lo más original. Y es que entre varios tipo de macetas de porcelana, barro, loza…pinchamos unos pergaminos con los números de las mesas y sus invitados.
El otoño en el Pre Pirineo suele ser fresco, así que desde el principio diseñamos todo el banquete en el interior de una carpa. Así sabíamos que si llovía o hacía frío , los invitados iban a estar súper confortables. Para la entrada a la carpa se colocaron unos semi arcos florales que fueron espectaculares, nos pareció la mejor manera de dar la bienvenida al banquete.
Ya en el interior del banquete, utilizamos manteles de toile de jouy e hicimos bordar a mano todas las servilletas de lino blanco con el nombre Angelats. Las flores de los centros fueron una explosión de color, rosas de diferentes tamaños en jarrones de piedra siguiendo con el mismo estilo»British». También se caligrafío los nombres de todos los invitados, al igual que los meseros.
Aunque la boda fue de día, instalamos unas lámparas chandelier de cristal que fueron una maravilla, y al atardecer brillaban y daban a la carpa un aire realmente elegante.
Durante los cafés, tuvimos la actuación de Lexter que empezó cantando versiones de Frank Sinatra y acabó haciendo que novios e invitados bailaran sin parar. Pero eso no es la única sorpresa que hubo, Diego el novio, es un experto músico y toca la batería, así que después de Lexter hubo la actuación de los chicos de Drums of Live que nadie esperaba…Una explosión de energía la que derrochan tocando la batería a dos manos y siguiendo la música que pinchaba el Dj. Lo mejor de toda esta actuación es cuando subió Diego al escenario y toco un «solo» con la batería que dejó a todos los invitados fascinados.
Para la zona de la disco, que fue al aire libre (un auténtico lujo) proyectamos zona de sofás y sillones con braseros de fuego para calentar y dar a la vez una sensación de calidez que hacía que se estuviera realmente agradable.
Dar como siempre las gracias a nuestros queridos novios por contar con nosotras para la organización de esta boda tan especial. Siempre recordaremos a Cris, con su vestido de seda blanca de TotHom, uno de los más elegantes que hemos visto y la cara de felicidad de Diego que no dejó de sonreír en todo el día. Mención especial a las dos mamis, la de Diego y Cristina que nos ayudaron muchísimo y sin ellas no hubiera sido posible.
Fotografías de Volvoreta.