Las bodas de otoño son muy auténticas y originales, sobre todo esta boda tan especial que nuestro equipo de wedding planners diseñó y organizó en La Centenaria 1779. https://www.lacentenaria1779.com
La boda se celebró a finales del mes de noviembre y nos despertamos con un día espectacular de sol y una luz que solo tenemos en esos meses otoñales que rozan el invierno, una mañana fresca pero intensa en emociones que se fue volviendo más cálida a medida que avanzaban las horas del día.
Patricia y su familia escogieron el Gran Hotel La Florida en lo alto de la montaña de Collserola con toda la ciudad de Barcelona a sus pies, y allí pasaron la noche previa a la boda donde disfrutaron de momentos irrepetibles. Porque aunque a veces parezca una tontería y no le demos mucha importancia, ese encuentro con tus padres, hermanos, amigos es un recuerdo para toda la vida del que siempre tendrás presente con mucho cariño, pues esa compañía en las horas previas a una boda, esas conversaciones, esos gestos de cariño, como os decíamos, son irrepetibles. Así que Patricia y su familia vivieron ese momento tan íntimo y bonito y allí mismo tuvieron lugar los preparativos para el Gran Día.
La novia, en mi opinión, llevaba unos de los vestidos mas bonitos de esta temporada. Un vestido en seda de crepe diseñado por Rosa Clará que marcaba su silueta y tenia detalles de encaje en los laterales, dándole un estilo moderno y también en mangas y cintura. Acompañando al impresionante vestido, Patricia lució un largo velo que para su entrada a la iglesia, se colocó sobre la cara, convirtiéndola en una novia velada, preciosa. Una imagen de ella que siempre permanecerá en mi recuerdo, cómo una novia mágica, pura, elegantísima. Pero aún quedaba todavía un detalle que lo hacía todo más especial si cabe, su ramo. Y es que llevó un ramo de orquídeas blancas exactamente como lo había hecho su madre años atrás, espectacular y muy emotivo.
La ceremonia se celebró en el Real Monasterio de Sant Cugat, una joya de la arquitectura románica más importante de toda Europa y que data del siglo IX. El monasterio cuenta con un rosetón enorme y espléndido situado en la fachada de la iglesia y por donde los rayos de sol entraban esa mañana de la boda transformando el suelo en cientos de colores. Pues con este marco tan increíble, la novia hizo la entrada con su padre y allí en el altar y con música de violines a su alrededor, los novios se dieron el «Si Quiero».
Una vez acabada la ceremonia no pudimos evitar visitar el majestuoso claustro románico donde aprovechamos para que Tommy y Patricia se hicieran allí una sesión de fotos espectaculares de la mano del fotógrafo Juanlu Rujano.
Mientras, los invitados se dirigieron hacia La Centenaria 1779, donde el Restaurant Ca l´Enric con una estrella Michelin, y responsable de la gastronomía de la boda ya les esperaba con un sabrosísimo aperitivo.
Este aperitivo se sirvió en la fachada de la casa, donde tonos malvas y verdes nos sirvieron para intensificar los colores del otoño y del que damos las gracias a la novia por haber tenido tan exquisita elección. Para el equipo de Sophie Kors es una maravilla cuando los clientes escogen esa paleta de colores que tan bien le sientan a las bodas otoñales. Allí mismo colocamos el seating plan que estuvo realizado en metacrilato y con todos los nombres manuscritos y una zona de photocall donde los novios se hicieron las fotos con los sus invitados. Y por supuesto no podían faltar nuestros amigos del Piano Bar para amenizar este aperitivo.
Para la zona del banquete, nuestra florista hizo un trabajo excepcional ya que montamos en el techo un bosque de ramas y hojas verdes en un tiempo récord puesto que se necesitan muchísimas horas para esta decoración tan laboriosa, pero como la boda era de mediodía tuvimos que correr y empezar a montar de madrugada para que a la llegada de los invitados estuviera todo perfecto como siempre.
Debido a la espectacularidad del techo, los centros de mesas fueron bajitos y sin grandes pomposidades, solo respetamos la paleta de colores con rosas de temporada y verdes en centros desestructurados para mesas redondas y tiras de guirnalda de verde y flor para las mesas largas imperiales. Ya sabéis que en Sophie Kors nos gusta mucho mezclar las mesas redondas e imperiales y la verdad es que en esta parte de la casa , que es como un invernadero, quedó genial. Para la mesa presidencial utilizamos también mesa larga sentados tipo a la francesa sin nadie en frente, muy elegante.
Una vez terminado el banquete, los novios abrieron el baile en la fachada principal de la casa donde sus invitados les rodearon con largas bengalas y un gran cañón seguía el baile de la pareja.
Con la noche caída, la temperatura bajó muchísimo y para aportar algo de calor colocamos en esa zona, fire pits o lo que es lo mismo pequeñas fogatas en braseros y alrededor pusimos mobiliario chill out para que la gente charlara y tomara una copa allí sin pasar nada de frío.
Una vez más agradecer a nuestros clientes por haber escogido a Sophie Kors para la organización de su boda, para nosotras fue un bonito recuerdo por muchas cosas, primero por la calidad de profesionales que trabajaron junto a nuestro equipo y por el que la boda fue un éxito, y segundo porque en este caso la novia tuvo un gusto exquisito con toda la decoración y mucha coherencia. Chicos, conseguisteis una de las bodas otoñales más bonitas que jamás se hayan visto.
Fotografías: Juanlu Rujano y Sophie Kors Weddings